Un ternero rubio de 2 meses me es referido por su veterinario para cojera del posterior derecho, sospechando una ataxia de los posteriores . A la edad de 15 días, este ternero presentó un grueso ombligo, tratado por antibióticos y antiinflamatorios. La cojera apareció una semana después del principio de la infección umbilical y progresivamente se agravó con tiempo. A pesar de la cicatrización del grueso ombligo, la cojera persiste, y la prolongación de los tratamientos antiinflamatorios y de los antibióticos sobre 6 semanas se revela ineficaz, aunque cambios de clase de moléculas fueron echos.
Consulta :
A la observación, el ternero presenta un paso vacilante, francamente atáxico, con cruzamiento de los posteriores. La postura del posterior derecho sistemáticamente es movida médialement bajo el vientre. El sacro es desviado hacia la derecha, llevándose con él la raíz de la cola, que late sólo hacia la derecha.
Al examen palpatorio, el ternero presenta una zona de calor importante en L3-L4.
Al examen osteopático, el ternero presenta tres cadenas de disfunciones viniendo las tres desde el ombligo.
La primera :
– Concierne en primer lugar al ligamento falciforme, cuya tensión excesiva provoca una rotación cranio-ventral del hígado.
Éste dispara entonces sus ataderos:los ligamentos coronarios de una parte, que lo suspenden del raquis reuniendo los pilares del diafragma, y los ligamentos triangulares por otra parte, directamente atados al diafragma.
El desequilibrio del diafragma engendra una tracción importante sobre el pilar derecho, que se mete entre el psoas comparado con L3, provocando su disfunción a su torre por molestia mecánica. Entonces el psoas mayor se inserta bajo los procesos transversos de los lumbares y se acaba cara cranio-media del fémur. Su contracción explica pues el puerto del posterior derecho movido en medio.
El psoas menor se inserta sobre los cuerpos vertebrales de las primeras lumbares, y se acaba lado craneal del hueso coxal. Su contracción provoca una tracción craneal del ilium, llevando con él el sacro, explicando la desviación a la derecha visible de la punta sagrada y de la raíz de la cola.
Es pues por un juego modo tensegridad de líneas de fuerzas anormales, del ombligo hasta el posterior derecho, que este ternero cojea. Y su cojera está muy directamente atada con su grueso ombligo, ya que la infección dejó detrás de ella tensiones cicatrizales, que acentúan a través del hígado la tracción de los músculos paralumbares derechos.
La segunda cadena de disfunciones :
Se viene también del ombligo, pero esta vez pasa por el peritoneo y el mesenterio. La infección umbilical probablemente engendró un principio de peritonitis localizada, con adherencia del mesenterio a la pared. Y el mesenterio está atado a la pared dorsal comparado con la zona sublumbar craneal.
Esta región recibe pues dos líneas de fuerzas anormales, lo que puede explicar el fenómeno probable de compresión discal en L3-L4, perceptible en técnicas tisulares, y objectivable a la palpación por el calor fuerte en esta zona. Esta compresión discal, y las tensiones tisulares asociadas alrededor de las raíces nerviosas, explican el ataxia posterior del ternero.
Por fin la tercera cadena de disfunciones:
De origen umbilical, esta vez se va caudalemente, volviendo remontando el canal del uraco, y provocando una rotación media de la vejiga. Esta última cadena de tensiones encalla sobre el pubis, y termina por ahí el desequilibrio del estanque.
Después de la sesión, la ataxia del ternero retrocede de manera progresiva. El mejoramiento es flagrante 8 días más tarde, y en D+10, el ternero hace cabriolas en el compartimiento sin mostrar nada más de su antigua cojera. La cola es centrada de nuevo y late de ambas partes. El posterior derecho recobró un equilibrio correcto.
Conclusión :
Este caso clínico ilustra en práctica bovina la complementariedad de la osteopatía y de la alopatía: allí dónde la alopatía tiene sobre todo una visión química de las enfermedades, la osteopatía aporta una lectura de las fuerzas físicas que se aplican en el cuerpo, pudiendo dar una comprensión diferente de ciertas patologías incluso cadenamientos de patologías.
Aquí, la infección del grueso ombligo no habría podido ser tratada sin antibióticos, sino la alopatía no podía nada para la cojera. A su vuelta, la osteopatía no habría podido tratar la infección, sino permitió comprender y tratar la cojera instalada por las tensiones cicatrizales.